Protección animal

Los (otros) animales son también seres sintientes, con capacidad de sufrimiento, y con sorprendentes grados de inteligencia y empatía. Sin embargo, muchos humanos siguen prefiriendo ignorar esto.
Descubre algunos usos que los humanos hacemos de otros animales, y lo que puedes hacer al respecto:

- Explotación avícola/ganadera: en la industria de la ganadería intensiva, millones de animales (cerdos, vacas, corderos, gallinas, pavos…) son mantenidos en condiciones precarias para su engorde o para la obtención de sus productos (leche y huevos) y finalmente son transportados y sacrificados para el consumo de su carne. En este tipo de industria, los animales son considerados objetos de producción, y generalmente son tratados de forma cruel. La mayoría de personas prefieren ignorar esta realidad y pensar que los animales que consumen han sido tratados con respeto y han tenido una muerte indolora. Si realmente te gustan los animales, lo justo es conocer qué pasa realmente y ser consecuente con tus principios.
Vídeo “De la granja a la nevera: la verdad detrás de la producción de carne”

 Vídeo sobre granjas de foie gras

Como consumidor/a, puedes promover un cambio reduciendo el consumo de carne y productos de origen animal en tu dieta y adquiriendo carnes y productos ecológicos, asegurándote que tu comida es más sana y ética. Si quieres dar un paso más, puedes hacerte vegetariano/a (o incluso vegano/a), eliminando la carne y el pescado de tu dieta. En esta web, puedes encontrar más información, recetas y consejos: www.haztevegetariano.com

Puedes ver un vídeo sobre la industria avícola/ganadera/pesquera, presentado por Paul McCartney "Glass Walls" (Muros de cristal), refiriéndose a que "si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todos seríamos vegetarianos..."


(puedes activar subtítulos en español)

  
- Uso en laboratorios: para la experimentación de fármacos, armas y productos higiénicos y de limpieza se utiliza una gran diversidad de especies animales, principalmente ratas, conejos, cobayas, gatos, perros, animales de granja y primates (incluso chimpancés). Estos animales viven en solitario en jaulas de dimensiones reducidas y son expuestos a diferentes tipos de pruebas: exposición a temperaturas extremas, irradiaciones, quemaduras, descargas eléctricas, inoculación de virus, inhalación de gases, ingesta de productos tóxicos, aplicación de sustancias irritantes en ojos y piel, etc. Todas las pruebas causan gran sufrimiento y dolor a los animales que finalmente serán sacrificados o morirán durante la experimentación. El uso de animales en laboratorios genera un gran debate, habiendo argumentos en contra (como la inmoralidad de los experimentos y su baja fiabilidad) y apareciendo cada vez nuevas alternativas a la experimentación en animales (ver noticia). Puedes sumarte, por ejemplo, a campañas europeas contra la vivisección aquí (Stop Vivisection).


Si estás en contra del uso de animales en laboratorios, puedes adquirir productos de higiene personal y cosméticos que no han sido probados en animales. En tu próxima compra, asegúrate que los productos que adquieres lleven el selloNo testado en animales”.

- Peletería. Cada año millones de animales son cazados o criados en terribles condiciones en granjas de todo el mundo solo por una cosa: su piel. ¿Sabías que para confeccionar un abrigo de visón se necesitan entre 60 y 80 visones? Los animales criados en granjas (visones, zorros, mapaches…) viven hacinados en jaulas metálicas, desarrollando elevados niveles de estrés y comportamientos anormales (incluso mutilaciones), esperando una muerte terrible (por electrocución, estrangulación o envenenamiento). Con las pieles no solo se fabrican abrigos, si no también se utilizan para decorar piezas de ropa, como los ribetes de capuchas, guantes o botas. Muchos consumidores no saben que en los productos provenientes de Asia la piel de estos ribetes puede ser de perro o gato.

  

  Si no quieres ser cómplice de esta cruel industria, no compres abrigos ni ropa con pieles. Los tejidos sintéticos son una buena alternativa, siendo más ligeros, ecológicos y éticos.

- Tradiciones crueles. Cada año en España 70.000 toros son torturados y muertos en las llamadas “plazas de toros”. Durante una corrida, 6 toros son ejecutados mediante un proceso cruel que les provoca un gran sufrimiento y una larga agonía. La lidia del toro consiste en el desangrado y agotamiento del animal mediante el uso de objetos punzantes (puya y banderillas) que se clavan en el torso, provocando grandes desgarres musculares y pérdida de sangre. Finalmente, el torero le clava una espada (estoque) de 88cm de largo con la finalidad de perforar el corazón o los principales vasos sanguíneos del toro. Generalmente, el torero no acierta y el animal es obligado a girarse para conseguir que el estoque se clave en otros órganos, como los pulmones, muriendo asfixiado por su propia sangre. Si el toro sigue vivo, se emplea un puñal llamado puntilla para cortarle la médula espinal al nivel cervical. Muchas veces el animal queda paralizado pero sigue consciente cuando es arrastrado fuera de la plaza, a menudo con las orejas y el rabo cortados.
  
Aparte de las corridas, otros 60.000 animales (principalmente toros) son maltratados en fiestas populares para diversión de algunas personas. Destaca el conocido “Toro de la Vega”, que se lleva a cabo el segundo martes de septiembre en Tordesillas (Valladolid) y que consiste en soltar a un toro que es perseguido y lanceado desde caballo o a pie por cientos de personas. Las lanzas terminan con hojas afiladas de 33cm de longitud, que provocan grandes heridas e incluso llegan a atravesar el animal. Finalmente, la persona que consigue matar al toro, ya tumbado en el suelo por el dolor y el agotamiento, le corta los testículos y el rabo, que cuelga orgulloso en su lanza y exhibe a lo largo del día por el pueblo. También cabe mencionar los toros embolados (soltados en una plaza o por el pueblo con unas bolas o antorchas encendidas y colocadas en los cuernos del toro), los toros ensogados (arrastrados por la multitud mediante unas cuerdas hatadas en los cuernos), los toros al mar (son perseguidos hasta hacerlos caer al mar donde la mayoría mueren ahogados), los encierros, las vaquillas, etc. Otros animales, como patos, cerdos y burros también son utilizados en este tipo de fiestas populares.

  

  El dolor y el estrés que sufren todos estos animales (probado científicamente) no es justificable ni bajo el concepto de tradición ni el de cultura. La crueldad con los animales no debe existir en una sociedad moderna. Si quieres ayudar a erradicar estas prácticas crueles, no asistas a fiestas donde se maltrate animales y manifiéstate en contra. Si en tu localidad se realizan este tipo de actos, únete a alguna asociación local que intente suprimirlas.
Algunos enlaces de interés: Plataforma “La cultura no es tortura”

-Uso de animales silvestres en la industria del espectáculo. Muchos animales son capturados de sus hábitats siendo crías o criados en espacios reducidos para ser utilizados en la industria del espectáculo. Los animales silvestres no han nacido para ser actores y son fuertemente maltratados y castigados para conseguir que realicen conductas totalmente antinaturales. Claros ejemplos son los circos que utilizan animales, obligando a leones a saltar por arcos de fuego o a elefantes levantarse sobre sus patas delanteras. El público asistente desconoce la realidad de estos animales que pasan sus vidas encerrados en diminutas jaulas o encadenados dentro de oscuros camiones, saliendo solo para entrenar o actuar. Tampoco conocen los crueles métodos de entrenamiento (con punzones, descargas eléctricas, golpes…) y los castigos (privación de comida y agua, palizas, amputaciones…). La misma suerte corren los animales utilizados en televisión y cine. La imagen divertida que ve el espectador cuando aparece por ejemplo un chimpancé disfrazado en un plató de televisión esconde el terrible sufrimiento al que es sometido el animal. En el caso concreto de los chimpancés, estos son arrancados de los brazos de su madre a los pocos días de nacer. El bebé es humanizado y entrenado desde el primer momento y cuando empieza a crecer y a tener más fuerza es encadenado o enjaulado. Hay vídeos que demuestran la dureza con la que son tratados y las condiciones en que viven cuando no actúan. Cuando los chimpancés son demasiado fuertes y no pueden ser sometidos ni con los terribles métodos utilizados (sobre los 8 años de edad), son abandonados en terribles condiciones, generalmente solos, en espacios reducidos, sucios y sin apenas luz. Sabiendo que los chimpancés son animales sociales que pueden vivir más de 60 años, su vida queda condenada a este infierno. Puedes ver el siguiente vídeo relatado por Angelica Houston.

Los animales no son bufones a nuestro servicio. Deben ser respetados y tratados con la dignidad que merecen. Si estás en contra de este maltrato, no acudas a espectáculos con animales silvestres, denuncia los casos que veas en publicidad, televisión y cine, participa en campañas contra el uso de animales silvestres en la industria del espectáculo y difunde. Dar voz a los que no tienen es de gran ayuda para ellos.

-Mascotismo. Compartir tu vida con un animal de compañía requiere un gran compromiso que puede durar 15 años o más. Antes de adquirir un perro o gato es crucial plantearse cuestiones básicas cómo si se dispone del tiempo diario suficiente para atenderle, si se podrán cubrir económicamente sus necesidades de comida y veterinario, o, por ejemplo, si podrá ir contigo durante tus vacaciones o tienes a alguien que podrá cuidar de él. Hay que tener claro que los animales no son juguetes. Mucha gente se compra por capricho un gracioso cachorro de la última raza de moda. Cuando el pequeño crece o incluso antes, descubren las implicaciones que tiene la tenencia responsable de un animal y abandonan a su mascota. Muchos propietarios no esterilizan a sus mascotas y las camadas indeseadas son abandonadas o sacrificadas. Cada año miles de perros y gatos son abandonados en nuestro país (se calcula que cada 5 minutos un perro es abandonado en España). Estos animales, desorientados y aterrorizados con su nueva situación deambulan por carreteras, siendo muchos de ellos atropellados. La mayoría mueren de frío, enfermedades, hambre y sed. Afortunadamente, hay personas que se dedican a recoger a estos animales de la calle y les ofrecen atención veterinaria, comida y protección en un refugio de animales domésticos. Allí se recuperarán y esperarán que una familia o persona quiera compartir su vida con ellos. Si te estás planteando seriamente compartir tu vida con un perro o gato: adopta. Miles de ellos esperan una segunda oportunidad y para ti será una de las experiencias más gratificantes de tu vida. Si no puedes comprometerte pero quieres poner tu grano de arena, visita la protectora más cercana a tu municipio. Seguro que necesitan voluntarios para diferentes tareas: pasear a los perros, limpieza, difusión de su trabajo…¡toda ayuda suma!

También hay personas que prefieren tener un animal exótico en casa: loros, mapaches, iguanas, tortugas, caimanes, serpientes, tarántulas y un largo etcétera. La tenencia de estas especies está regulada por ordenanzas municipales. En algunos caso, aunque esté dentro de la legalidad, hay que plantearse si se tener un animal exótico en casa es ético. Muchas veces estos animales son capturados cruelmente de sus hábitats y transportados hasta los intermediarios para finalmente terminar en las tiendas (muchos mueren durante este proceso por falta de ventilación, cambios extremos de temperatura, hambre y sed). Es muy difícil dar las condiciones de vida apropiadas a especies que proceden de climas tan diferentes y su tenencia apropiada requiere tiempo, espacio y dinero. No todos los propietarios disponen de estos tres elementos y muchos animales sufren su cautividad en malas condiciones. Otros son abandonados a su suerte en parques urbanos, ríos o lagos, donde algunos sobrevivirán y tendrán un impacto negativo sobre la biodiversidad local, como es el caso de las tortugas de Florida.

Cada decisión que tomamos afecta a otros. Decide qué tipo de impacto deseas tener en el resto del reino animal.