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"Al final de mi vida, siento que debo lograr más cosas en el tiempo que me queda"


Mensaje de Jane Goodall para miembros y seguidores del IJG

A continuación, publicamos un mensaje recién enviado por la Dra. Jane Goodall:

"Feliz año a todos mis amigos y seguidores – la gran familia del IJG y Roots Shoots en todo el mundo.
 
En primer lugar, dejadme compartir con vosotros mi esperanza de que el año 2015 sea un año estupendo para todos. Es cierto que debemos hacer frente a algunas terribles noticias que nos llegan desde todos lados, pero debemos también coger fuerzas del hecho de que al mismo tiempo existen muchas personas maravillosas e inspiradoras que dan lugar a noticias muy buenas, que sin embargo no suelen salir en los periódicos. Y nosotros, desde el Instituto Jane Goodall, estamos haciendo nuestra parte en esa gran misión de conseguir un mundo mejor para todos los seres vivos. Si tuviéramos la posibilidad de poder mostrar todos los progresos que estamos haciendo, la gente quedaría impresionada. Precisamente porque siempre estoy visitando los países en los que trabajamos, tengo muy claro que  lo que está ocurriendo es mágico. Y cada uno de vosotros ha contribuido a su manera. Por eso, de todo corazón quiero decir un enorme y caluroso GRACIAS a toda la familia del IJG, de la que tod@s vosotr@s  formáis parte.
 
Estoy escribiendo desde mi cuarto en el ático de “Los abedules”, la casa donde crecí, donde ahora viven mi hermana y su familia, manteniendo caliente el hogar y lugar en el que me retiro en los huecos que me quedan entre todos mis viajes por el mundo. Miro para atrás y me digo ¡menudo año fue 2014! Estuve en 25 países, en 5 de ellos incluso más de una vez. Aviones, hoteles, conferencias, reuniones, maletas…. ¡Cuánto ha tenido lugar en solo 12 meses! Ha sido agotador, pero productivo. Los 28 Institutos Jane Goodall cada vez están más organizados, el IJG-Global es ahora una entidad registrada y el IJG-Europa se está formando. Nuestro programa educativo Roots&Shoots (Raíces y Brotes) está activo en 138 países, con unos 150.000 miembros de diferentes edades, desde preescolares hasta universitarios. Colectivamente, los grupos Roots&Shoots están teniendo un gran impacto positivo, trabajando para ayudar otras personas, a los animales y al  medioambiente.
 
El 3 de abril (de 2014) tome conciencia de que ¡había alcanzado la extraordinaria edad de 80 años! 80 años en el planeta Tierra. Es verdaderamente mucho tiempo. Y como a  medida que pasa el tiempo, estoy más cerca del final de mi vida, siento que debo lograr más cosas  en el tiempo que me queda. Por eso, en lugar de relajarme y bajar el ritmo, ¡lo estoy aumentando aún más! Mucha gente me pregunta cómo es posible que aún siga activa y de dónde saco las fuerzas para ello, por eso voy a tratar de explicarlo. Hay varias razones por las cuales soy capaz de hacer lo que hago.
 
La primera son mis genes. Prácticamente todos los días agradezco la suerte de tener estos genes, por haber estado siempre tan sana y tener un sistema inmunitario tan  fuerte.
 
La segunda razón es mi crianza, todo el apoyo que recibí de pequeña de mi sabia madre y una familia muy cariñosa. Sin duda alguna ello ha contribuido a perfilar mi personalidad con optimismo, determinación y fortaleza. Fue mi madre quien me enseño que los sueños hay que perseguirlos y no rendirse nunca, que hay que respetar siempre las opiniones de los demás, pero también tener uno mismo el coraje de defender las propias convicciones (que deben ser siempre cuidadosamente analizadas).
 
La tercera razón es la fuerza espiritual y la paz que me han dado los momentos (cada vez más escasos) pasados en la naturaleza. El tiempo que pasé en los bosques de Gombe, durante mucho tiempo mi hogar; una noche en Ngamba Island en Uganda, en una tienda junto a las aguas del Lago Victoria, y despertando con los sonidos de los chimpancés e innumerables pájaros saludando al nuevo día; caminando por los bosques áridos de Dindefelo en Senegal hasta llegar a una maravillosa catarata; remontando silenciosamente el río Erh Ren en Tainan, Taiwan, donde también pude contemplar cangrejos violinistas haciendo sus guaridas en territorio recuperado, y jacanas colilargas abriéndose camino entre las hojas de loto en humedales recién restaurados; despertando con el sonido  de los pájaros en el bungalow de  Martha, totalmente sola, en los bosques de Kadoorie Farm y el Jardín Botánico de Hong Kong; caminando a través de  bosques protegidos en Corea del Sur; contemplando a las grullas canadienses volar hacia sus dormideros en Platte River mientras el sol creaba un tapiz dorado y morado con las nubes del atardecer; caminado por los Alpes que rodean la cabaña de Walter Inmann cerca de Viena en Austria; y contemplando la frondosidad de los abedules y las hayas  rodeando los viejos pinos desde la ventana de mi pequeña habitación en el tercer piso de nuestra casa en Bournemouth, escuchando el coro matinal de los mismos pájaros que cantaban a una joven muchacha que soñaba con ir a África.

      
 
Por último, lo más importante es el increíble apoyo que recibo de mi familia y amigos, del equipo y Juntas directivas del IJG, voluntarios, donantes y miembros de los 28 Institutos Jane Goodall y todos los Roots&Shoots  del mundo. De todos vosotros. A cada sitio al que voy soy muy bien recibida y cuidada. A veces tengo que hacer frente a agendas muy cargadas y exigentes, pero el entusiasmo y el trabajo duro de los equipos de los diferentes países son siempre maravillosos y estimulantes. Y la respuesta del público después de mis conferencias es totalmente revitalizante.
 
Estoy preparando un trabajo fotográfico sobre mis viajes durante el año de mi 80º cumpleaños, que compartiré después del 3 de abril de este año. De momento lo que sí quiero es repetir una vez más mi total agradecimiento hacia todos vosotros, mi familia del IJG y R&S, por ayudar a crear un mundo mejor. A medida que avance 2015, tendremos que hacer frente a incontables desafíos e, inevitablemente, decepciones. Pero juntos, si cada uno de nosotros hace su parte, también lograremos grandes éxitos.
 
¿Hay esperanza para el futuro? Sí, gracias a la energía de la gente joven que conoce los problemas y toma medidas para solucionarlos. Y también gracias al poder de nuestra mente para hacer cosas buenas, cuando esa mente está en armonía con nuestros más nobles sentimientos. Y porque los hábitats, los animales y el espíritu humano tienen una  increíblemente capacidad de recuperación y resiliencia.
 
No olvidemos que cada uno de nosotros marca una diferencia. Cada día. Y tenemos la opción de decidir qué tipo de impacto queremos tener. Si simplemente pensáramos en las consecuencias que tienen nuestras pequeñas decisiones -qué comemos, qué nos ponemos, qué compramos… y nos preguntamos ¿cómo afectaría este producto al medioambiente? ¿Se utilizó mano de obra infantil o se abusaron derechos laborales en su producción? ¿Hubo sufrimiento animal para producir esto?
 
El efecto acumulativo de muchas pequeñas decisiones tomadas por miles de individuos puede ayudarnos a acercarnos más al modelo de mundo que queremos dejar a nuestros hijos, y a los de ellos."


18/01/2015
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