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El IJG y el Proyecto Esperanza colaboran para mejorar el acceso al agua en la aldea de Sahoro


El agua es el líquido elemento, imprescindible para todo tipo de vida y un recurso fundamental en muchas zonas de África, en las que su escasez provoca una gran problemática. Gracias al esfuerzo conjunto del Instituto Jane Goodall España (IJGE) y el Proyecto Esperanza, la remota aldea de Sahoro mejora su acceso permanente al agua con la construcción de un nuevo pozo. 



En nuestra sociedad, habitualmente damos por sentado que el agua siempre estará disponible y no somos conscientes de lo afortunados que somos de poder tener acceso a agua potable en cualquier momento y para cualquier uso. Pero en muchas partes del mundo, como en las aldeas de Senegal y Guinea donde trabaja el IJG, el acceso al agua no está garantizado, ni en calidad o cantidad suficiente ni todos los meses del año. La falta de este recurso tan valioso está íntimamente relacionada con problemas de salud e higiene, además de afectar a la supervivencia de animales domésticos, viveros, huerto y cultivos. Por lo tanto, pone en riesgo la seguridad alimentaria de la comunidad, mantiéndola en la pobreza crónica. La falta de pozos hace que la gente y el ganado tenga que buscar agua en puntos más lejanos, en zonas del bosque donde beben los animales salvajes como chimpancés, babuinos o leopardos, lo que conlleva riesgos, conflictos y la posibilidad de transmisión de enfermedades en ambos sentidos.




Estos problemas son bien conocidos por los 250 habitantes de Sahoro, una pequeña aldea en el norte de Guinea, justo en la frontera con Senegal y la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfélo (RNCD), en la que el Instituto Jane Goodall España (IJGE) trabaja desde 2009 en programas de conservación e investigación de chimpancés salvajes, además de otros proyectos de desarrollo sostenible y educación ambiental con la comunidad local. Desde hace tiempo, el IJGE ha tenido presencia en la aldea a través de visitas periódicas y pequeños proyectos de seguridad alimentaria y reforestación, ya que Sahoro tiene una gran importancia estratégica en la conservación de los chimpancés de la subespecie más amenazada: Pan troglodytes verus. Sahoro se sitúa junto a un corredor ecológico por el cual transitan chimpancés entre Guinea y Senegal, y que sirve entre otras cosas para el intercambio genético de las poblaciones de chimpancé más aisladas de Senegal.
Los habitantes de esta pequeña aldea tienen una economía de subsistencia basada en ciertos cultivos y ganado, y la gente y los animales deben sobrevivir a la temporada seca (al menos 6 meses) y superar la consiguiente escasez de agua. Por ejemplo, de los 167 pozos contabilizados en toda la RNCD, solo 29 tienen agua todo el año. En el caso de Sahoro, cuenta con dos pozos que se secan anualmente durante 4 meses, forzando a la población a desplazarse diariamente a un punto de agua en las raíces de un árbol a 3 kilómetros de la aldea o a otro punto frecuentado por fauna salvaje en el bosque, a 1,5 kilómetros de distancia.

Gracias al apoyo económico del Proyecto Esperanza, que ha recaudado fondos con la venta de calendarios y la rifa solidaria de un balón firmado por la selección española de fútbol del Mundial Rusia 2018, el IJG ha podido construir un nuevo pozo en la aldea de Sahoro, en una zona donde no había otros pozos.



A corto plazo, esto ha mejorado la calidad de vida de la población y de sus animales. Además, tiene otros muchos beneficios relacionados, como evitar el pesado transporte de agua desde otros puntos lejanos o evitar que la población local coincida con la fauna salvaje durante la búsqueda de agua, ayudando a la conservación de la biodiversidad. A largo plazo, una vez asegurada la capacidad hídrica del pozo, se crearán bebederos para ganado y huertos comunitarios que ayuden a producir alimento, gestionados por mujeres para fomentar su empoderamiento. Además, se creará un vivero forestal para promover la restauración ecológica del hábitat del chimpancé.



Desde el Instituto Jane Goodall, y en nombre de toda la población de Sahoro, agradecemos el apoyo de Proyecto Esperanza y de toda la gente que participó de la Rifa para hacer posible este proyecto. Juntos, marcamos una gran diferencia.

01/11/2018
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