Titular noticias

Tributo a Hilda Tresz, la mejor amiga de los chimpancés cautivos


Hilda, gran colaboradora del Instituto Jane Goodall, ha fallecido recientemente, dejando un inmenso hueco en muchos corazones, de diferentes especies.



Hilda era un pilar muy importante en ChimpanZoo, el programa de investigación internacional dedicado al estudio y mejora de las condiciones de los chimpancés cautivos en zoológicos y otras instalaciones, a través de la investigación por observación, el enriquecimiento comportamental y la educación ambiental. Hilda falleció mientras se encontraba trabajando en Nepal.

Con el apoyo del Arizona Center for Nature Conservation Phoenix Zoo, donde Hilda desempeñaba la labor de coordinadora internacional de enriquecimiento conductual y bienestar animal, y la generosidad de muchos donantes, Hilda logró viajar por todo el mundo para mejorar las condiciones en cautividad de incontables chimpancés y otros animales, a través del enriquecimiento de su hábitat dentro de los zoológicos. El trabajo de Hilda ha sido inmortalizado en un corto documental titulado "Una semana para cambiar", que podéis ver a continuación. 
 
 

La Dra. Jane ha escrito unas palabras en memoria de Hilda, para agradecer su gran colaboración con el IJG y el bienestar de los chimpancés:

"A Hilda no le atemorizaba ir a ningún sitio con tal de ayudar a animales en sufrimiento. Su dedicación y entrega incansable para prestar ayuda a los animales eran realmente fantásticas. Hilda deja un hueco en nuestra red de trabajo, menguando nuestro esfuerzo para hacer de este un mejor mundo para todos los seres vivos. Será difícil, sino imposible, llenar este hueco con alguien con capacidades similares y su valentía.

Era muy buena conocedora del comportamiento animal, especialmente de los chimpancés, lo cual la capacitaba para mejorar la vida de los habitantes de zoológicos carentes de la financiación o el conocimiento necesarios para construir recintos más adecuados y contratar cuidadores más cualificados.

Su acercamiento diplomático a algunos directores de zoológicos a la defensiva y su compenetración con el personal, junto a su conocimiento del comportamiento de los chimpancés y una inusual habilidad para introducir individuos que habían llevado solitarias y miserables vidas (en ocasiones durante muchos años) ha marcado una gran diferencia en la existencia de muchos individuos.

Hilda ha sido durante largo tiempo colaboradora en ChimpanZoo y voluntaria del IJG desde 2007, además de haber influido en la vida de muchas personas. Todos nosotros somos afortunados por haberla conocido y enviamos nuestras más sinceras condolencias a su familia y compañeros del Zoo de Phoenix.

Invitamos a los miembros de la familia de Hilda, a sus amigos y colegas a compartir sus recuerdos sobre la vivencia de Hilda, su trabajo y dedicación en las redes sociales, empleando el hashtag #RememberingHilda
".

Hilda viajaba por todo el mundo, visitando zoológicos y ayudando a mejorar las condiciones de los chimpancés cautivos a través de su asesoramiento sobre el comportamiento de los animales y el enriquecimiento ambiental. Generalmente, trabajaba a contrarreloj y contaba con una sola semana para analizar la situación, ganarse la confianza del personal y su colaboración y aplicar cambios que permitiese a los primates llevar una vida más acorde a su comportamiento natural.

En 2012, visitó el Zoo de Dakar, en Senegal, para ayudar en la introducción de una chimpancé hembra en el recinto de dos chimpancés machos. Edgar, de seis años de edad, fue confiscada a los furtivos y criada por una familia que la confundió con un macho. Al crecer y dificultarse su manejo, fue cedida al Zoo de Dakar. Criada por humanos, carecía de las conductas naturales de su especie, por lo que la mantuvieron aislada en un recinto. Por suerte, Hilda acudió para asociar a Edgar con Sydney y Kong, dos chimpancés macho del centro zoológico. 

Edgar abraza a Hilda en su primer encuentro. Crédito: Liliana Pacheco

Cuando Hilda conoció a Edgar, la chimpancé alargó los brazos entre los barrotes, buscando consuelo en esa desconocida. Hilda siempre ha destacado ese momento como uno de los más importantes y conmovedores de su vida. Pero, como siempre decía, "un chimpancé no puede vivir solo, necesita a sus congéneres". Así que comenzó la preparación del proceso de asociación, creando el entorno y las condiciones (alimentación, sustrato, enriquecimiento...) perfectos para facilitar la presentación. Sydney fue el primero en conocerla y rápidamente congeniaron y establecieron una relación de cuidado y proximidad. Poco después, Kong se les unió, estableciendo una nueva familia de tres individuos inseparables. 

Edgar, Sydney y Kong, juntos en su recinto. Crédito: Hilda Tresz

Hilda no solo ayudó a Edgar a ser aceptada por otros miembros de su especie, enriqueciendo infinitamente su existencia, sino que contribuyó, gracias a este nuevo miembro del grupo, a que Kong y Sydney, antes distantes y con poca interacción, creasen fuertes vínculos. Tres años después, Hilda regresó para comprobar que la familia seguía unida y sus condiciones de vida habían sido tremendamente mejoradas gracias a su intervención. Hilda también ayudó en la formación del personal y en el enriquecimiento ambiental de otros animales cautivos en malas condiciones.
 
Si quieres aportar tu granito de arena para ayudar a los chimpancés salvajes, los rescatados que habitan en los santuarios del IJG y los que permanecen en cautividad, apadrina como socio chimpamig@, hazte teamer del grupo "Tu euro salva chimpancés en África", haz una donación puntual, adquiere un artículo solidario y descarga la herramienta helpfreely para donar un porcentaje de tus compras online de forma gratuita. 

18/05/2019
.
Últimas noticias