Titular noticias

"Respecto al cambio climático, nos estamos quedando sin tiempo"


Traducción de la entrevista realizada por The Washington Post a la Dra. Goodall el 3 de diciembre de 2019.

Jane Goodall (85) es considerada como la mayor experta en chimpancés del mundo y es la fundadora del Instituto Jane Goodall. Su innovadora investigación ha ayudado a redefinir la manera en la que miramos a los parientes vivos más cercanos del ser humano y ha retado la ampliamente aceptada creencia de que los seres humanos somos la única especie capaz de fabricar y emplear herramientas. Ella se ha convertido en activista para combatir las crisis ambientales.

¿Cuándo consiguió convencer a la gente de que quería ir a África y estudiar a los animales cuando era joven?

La gente piensa que el regalo de un chimpancé de peluche llamado Jubilee cuando yo tenía un año y medio fue la causa de mi amor a los animales y la razón por la que decidí estudiar a los chimpancés. Es absolutamente falso. Realmente lo quería, lo llevaba conmigo a todas partes. Era grande y especial, pero yo nunca había soñado estudiar a los chimpancés. Nadie lo había hecho por ese entonces. Simplemente pasó por casualdad, o quizás estaba destinada a ello.
Tuve la oportunidad cuando una amiga me invitó a visitarla durante las vacaciones. Y, para poder ir, tuve que ahorrar dinero, porque en mi familia no teníamos. Cuando fui por primera vez a África, tenía 23 años. Y 23 años de entonces era como 16 años hoy en día, éramos muy inocentes. La gente joven no viajaba al extranjero de la manera en que lo hacemos hoy. Así que fue bastante impresionante que mi madre me dejase embarcarme sola, creo que fue algo extraordinario por su parte.

La pequeña Jane con su peluche Jubilee. Foto: familia Goodall

Así que llegó a Kenia. ¿Qué vio allí y cómo le impactó?

Bueno, conocí a Louis Leakey. Alguien me dijo "Si te interesan los animales, deberías conocer a Louis". Y él me ofreció un trabajo en el museo de historia natural. Estaba impresionado por todo lo que había aprendido sobre los animales leyendo, leyendo y leyendo...y me ofreció la oportunidad de estudiar a los chimpancés.

Comenzó su investigación de una manera que resultaba ridícula en ese tiempo, otorgando a los chimpancés nombres y personalidades. ¿Cómo encontró la fuerza de convicción para defender que lo que hacía tenía sentido?

Porque tuve un sabio maestro cuando era una niña. Mi perro me enseñó que no somos los únicos seres vivos con personalidades, mentes y emociones. Así que sabía que estaba en lo cierto. Y mi madre me dijo: "si conoces a alguien con una opinión diferente a la tuya, escucha lo que tenga que decir y quizás entenderás un poco mejor por que piensan de esa manera y quizás aprenderás algo de ellos que nunca hubieses pensado. Si todavía piensas que tienes razón o que tienes más razón que ellos, entonces ten el valor de defender tu convicción". Así que, madre sabia. 

La Dra. Goodall y su madre, Vanne.

¿Cuánto tiempo le llevó lograr que los chimpancés dejasen de huir de usted?

Bueno, eso variaba, pero lo más temprano fueron cinco meses. 

No sabía que fuese tanto tiempo. ¿Hubo momentos en los que pensó que no funcionaría?

Bueno, sabía que, si tenía el tiempo suficiente, podría hacerlo. Estaba totalmente convencida. Pero, ¿tendría ese tiempo? Solo teníamos financiación para seis meses. Así que gracias a Dios, el chimpancé David Greybeard abrió el camino. Él fue el primero en permitirme que me acercase, pero aún así me costó cuatro meses. Él era diferente del resto. Y entonces, creo que su aceptación ayudó al resto a aceptarme también.

¿Cree que era consciente de lo agradecida que estaba?

No, por supuesto que no (risas).

Poco después, realizó su gran descubrimiento de la manipulación de herramientas en los chimpancés.

Cuando vi a David Greybeard usando y creando herramientas, ese fue el momento rompedor. Fue entorno al final del cuarto mes, al principio de la estación de las termitas. Yo sabía que los científicos defendían que los seres humanos y solo los seres humanos podrían usar y fabricar herramientas. Esa era la definición de nuestra especie. Así que eso atrajo a la National Geographic y a un cineasta para demostrar que lo que yo decía era realmente verdad. Porque muchos científicos dijeron "¡Oh, solo es una chica! No ha ido a la universidad. Acaba de llegar de Inglaterra. ¿Por qué deberíamos creer algo de lo que dice?".

La Dra. Jane y David Greybeard.

Ya con las pruebas de National Geographic, ¿cuándo comenzó la gente de la comunidad científica en general a acercarse?

Incluso cuando acudí a Cambridge, incluso cuando obtuve mi doctorado, todavía sentía que muchos de ellos no me aceptaban. Algunos sí lo hicieron, tuve grandes apoyos. Pero no fue hasta que escribí "Los chimpancés de Gombe: Patrones de comportamiento" porque, para hacerlo, tuve que volver y hacer todas las cosas que hubiera hecho como una estudiante de licenciatura. Y entonces me sentí capaz de hacer frente a los científicos, particularmente a los que estaban en sus laboratorios haciendo investigación médica. Pero, ya sabes, menos mal que me saqué el doctorado, Leackey tenía razón cuando decía que lo necesitaba. 

¿No creía eso por aquel entonces?

Estaba asustada. No había ido a la universidad, no me lo podía permitir. Y cuando me dijeron que tenía que ir y hacer un doctorado sin una licenciatura...y después que había hecho todo mal... Mi peor crítico era el etólogo número uno del Reino Unido. Uno de los tres mejores de Europa: el profesor Robert Hinde. Él era mi crítico más severo hasta que vino a Gombe. Entonces aseguró que había aprendido más en dos semanas que en todo el resto de su vida. Así que cambió su opinión y él fue quien me ayudó a pensar de un modo científico, a pensar con lógica, a expresarme de una manera científica. Y eso me ha sido muy útil desde entonces.

¿Qué trucos le han resultado más útiles en su trabajo?

Ser obstinada. Ser muy determinada. No querer ser pisoteada. Y la pasión. Que te importe. Que te importe realmente.

¿Sería aplicable tanto a chimpancés como a humanos?

Bueno, nunca me he enfadado con los chimpancés (risas). Pero la paciencia. Supongo que la paciencia es otra cualidad.

¿Qué nos puede contar sobre su transición de científica a activista?

Ahora viajo por todo el planeta, ya no estudio a los chimpancés, e intento contar a la gente lo que pasa en el mundo, el caos que hemos provocado y el hecho de que, si no nos unimos para ayudar al medioambiente que todos compartimos, entonces puede que sea demasiado tarde. La ventana de tiempo que nos queda se está cerrando. Y no llega con llevar pancartas y gritar "¡Cambio climático!". Lo importante es realmente actuar. Aportar tu grano de arena. 
Es decir...había un niño en Burundi. Era un pequeño niño africano de siete años. Yo di una charla en su escuela y al final él se meacercó y me dijo: "si recojo un pedazo de basura cada día, marcaré la diferencia, ¿no?". Yo le contesté: "Sí, marcarás una gran diferencia. Pero supón que convences a 10 de tus amigos para hacer lo mismo...". Él clamó: "¡Guau! Eso sí marcaría una diferencia". Y yo proseguí: "Entonces, cada uno de tus diez amigos podría convencer a otros diez". Y él concluyó: "Vamos a cambiarlo todo".
Ahora mi trabajo consiste en intentar ayudar a que la gente entienda que cada uno de nosotros marca una gran diferencia. Y, acumulativamente, las decisiones sabias sobre cómo actuamos cada día pueden empezar a cambiar el mundo. El programa que creé para empezar a salvar a los chimpancés en Gombe se inició a través del trabajo con la gente local, para que encontrasen maneras de vivir que no destruyesen necesariamente el entorno. Tenemos el mismo programa en todo el territorio de los chimpancés en Tanzania.Y la razón de que funcione es que la gente empieza a entender que no se trata de salvar el medioambiente para la vida silvestre, sino para su propio futuro. Así que debemos cambiar nuestro punto de vista. A través del enfado y señalando a la gente no llegas a ningún sitio. Solo tienes que llegar al corazón de las personas, y la mejor manera de conseguirlo es contando historias. 

La Dra. Jane en una conferencia en España (2018)

¿Cree que ahí radica su éxito al trabajar con personas sobre diferentes temas y con distintas opiniones?

Sabes...durante la guerra en Inglaterra odiábamos a los nazis. Así que, tras la guerra, yo tenia un tío que estaba en uno de los sectores de la ya derrotada Alemania, y encontró una familia con la que me pude ir a vivir, porque mi madre quería que entendiese que, solo porque los nazis y Hitler hubieran hecho cosas terribles, los alemanes no eran mala gente. Eso fue tremendamente sabio por su parte, ¿no crees? Algunos de mis mejores amigos eran alemanes. A veces decíamos: "Nuestros padres se mataron unos a otros, ¡qué locura!". Así que se trata de entender que no importa la nacionalidad, el idioma, la cultura...somos todos parte de la misma familia.
Si sales con agresividad y señalando a la gente, no llegas a ningún sitio. Si observas a dos personas hablando desde puntos de vista opuestos y uno de ellos se pone un poco acusador, puedes ver cómo la mirada del otro se desvía a la par que intenta refutar el argumento. Y, al final, nadie escucha al otro. Y se ponen cada vez más furiosos y no se llega a ningún acuerdo. Posiblemente lo empeore todo. Muchas veces me topo con la oposición de defensores de los derechos de los animales solo por hablar con las personas que trabajan en los laboratorios. Pero, si no hablas con la gente, ¿cómo puedes esperar que cambien algún día?

07/01/2020
.
Últimas noticias