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EEUU analiza aumentar la protección a chimpancés en cautividad


Respuesta a pedido del Instituto Jane Goodall y otras organizaciones.

La oficina de Pesca y Vida Salvaje del Gobierno de  EEUU ha anunciado que revisará el nivel de protección de los chimpancés utilizados en la experimentación biomédica, para que se les considere una especie "en peligro de extinción" (como se considera a los chimpancés salvajes) y no sólo "amenazada", como hasta ahora, resquicio legal que permite utilizarlos en los laboratorios norteamericanos.

Esta medida podría afectar positivamente a los dos millares de chimpancés que se encuentran en cautividad en EEUU en la actualidad, de los que la mitad se emplean en investigaciones científicas relacionadas con todo tipo de males, desde la hepatitis C y la lepra hasta el cáncer. La revisión por parte del departamento de Pesca y Vida Salvaje arrancó ayer mismo con el inicio de un periodo abierto a las aportaciones de todas las partes interesadas.

El organismo federal da este paso en respuesta a la iniciativa conjunta de prestigiosas instituciones de conservación animal, como el Instituto Jane Goodall y su propia fundadora, la Sociedad Humana de los Estados Unidos, la Asociación de Zoológicos y Acuarios, PASA y la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje.

Dudas sobre su utilidad

Por otro lado, el Instituto Nacional de Salud (NIH) ha pedido al Instituto de Medicina (IOM) que realice un estudio para determinar si el uso de chimpancés en investigaciones biomédicas y del comportamiento contribuye a lograr avances significativos en materia de sanidad pública. Los resultados del estudio se conocerán a finales de año y entonces se tomará una decisión sobre el futuro de los chimpancés. Harold Watson, que dirige el programa de investigación con chimpancés del Instituto Nacional de Salud, prefiere no especular sobre el resultado o el impacto del estudio antes de que este esté terminado.

Ocho centros de investigación financiados con dinero federal utilizan actualmente primates, tres de ellos, en concreto, chimpancés en investigaciones relacionadas con el sida, la hepatitis, el cáncer, el alzhéimer, el párkinson, la lepra, las enfermedades del corazón y otros problemas de salud humanos, según explica la organización ecologista PETA en su página web. PETA también ha denunciado que el Instituto Nacional de Salud de EE.UU. utiliza a chimpancés en experimentos de bio-terrorismo.

El debate en EE.UU. sobre si es o no ético utilizar estos primates en experimentos médicos se intensificó el año pasado a raíz del anuncio por parte del NIH de que iba a trasladar a 186 chimpancés jubilados del centro de investigación en primates Alamogordo de Nuevo México, un lugar de rehabilitación y descanso de primates que han sido usados en experimentos médicos, a un laboratorio de San Antonio (Texas) para su uso en investigaciones sobre la hepatitis C. Esta decisión provocó quejas de políticos y ecologistas, entre ellos la primatóloga Jane Goodall.

"Mientras que muchos de nosotros pensamos que la ética es una razón suficiente para frenar el uso (de chimpancés en laboratorios) en Estados Unidos, existen evidencias científicas sustanciales e indiscutibles para hacerlo", explica Theodora Capaldo, presidenta de la Sociedad Anti-Vivisección de Nueva Inglaterra (NEAVS, en sus siglas en inglés), organización que tiene un proyecto para la liberación y recuperación de chimpancés de los laboratorios estadounidenses.

La presidenta de NEAVS considera que "la extrapolación de datos de los chimpancés a los humanos no es ni predecible ni fiable". "Las afirmaciones sobre la utilidad del uso de chimpancés en la investigación sobre la hepatitis C son exageradas", afirma Capaldo, quien recuerda que los chimpancés no han resultado un modelo adecuado para las investigaciones sobre el cáncer ni a la hora de desarrollar una vacuna contra el sida.

Los defensores de los derechos de los animales también argumentan que los chimpancés sufren física y psicológicamente cuando son enjaulados, cuando se les inyecta medicamentos, cuando les contagian enfermedades o cuando se les daña el cerebro de forma deliberada en experimentos médicos. "El sufrimiento psicológico y físico de los chimpancés no es ético, es inhumano e indefendible", según la presidenta de NEAVS.

"Los chimpancés utilizados en investigación sufren trastorno de estrés postraumático, depresión y otras enfermedades psicológicas", además de las secuelas físicas que los experimentos les dejan, tal y como han demostrado las autopsias realizadas a estos primates, añade Capaldo.

En los últimos años, el número de estudios basados en la experimentación con grandes simios se ha reducido sustancialmente, en gran parte debido a que algunas importantes compañías farmaceúticas han renunciado a estas prácticas. Hoy en día, sólo se tiene noticias de que se realicen este tipo de experimentos en EEUU y Gabón, aunque hay muchos países (como España) en los que no está expresamente prohibido o se contempla esta posibilidad en sus normas. En 2008 el Parlamento español aprobó un proyecto no de ley para aumentar la protección de los grandes simios (proyecto Gran Simio), el cual no fue posteriormente instrumentado por el Ejecutivo. Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda tienen vetado este método de investigación.

(información extraída de Publico.es )


05/09/2011
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